Higiene Facial

Sobre la piel se acumulan grasas naturales (producto de la secreción de las glándulas sebáceas), sudor, polvo, partículas producidas por combustión de los vehículos, humo de cigarrillo, bacterias, etc. Por ello, y a los efectos de retirar todas estas impurezas, es necesario realizar periódicamente una “higiene facial profunda” (por la profesional cosmetóloga) y un cuidado personal cotidiano (rutina diaria) con productos adecuados.

De este modo, la piel se verá beneficiada por una verdadera humectación desde el interior de los tejidos que se continuará con la combinación apropiada de liposomas, ceramidas, colágeno, etc., que son usados en distintos tiempos sobre la piel previamente preparada.